How to let altruism be your guide
Matthieu Ricard, monje budista e investigador de la felicidad.
Los humanos tenemos un potencial extraordinario para la bondad, pero también un inmenso poder para hacer daño. Cualquier herramienta puede usarse para construir o para destruir. Todo depende de nuestra motivación.
¿existe el verdadero altruismo?
Algunos filósofos pensaban que éramos irremediablemente egoístas. Sin embargo, nos encanta la cooperación. No hay dicha más grande que trabajar juntos. Y no solo para los humanos. Luego, claro, está la lucha por la vida, la supervivencia del más apto, el darwinismo social. Pero en la evolución, aunque existe la competencia, la cooperación tiene que ser mucho más creativa para ir a mayores niveles de complejidad. Somos súper cooperadores y deberíamos ir más allá.
Sin importar nada, hay un número significativo de personas que se comportan de manera altruista. Si uno ve a alguien profundamente herido, sufriendo mucho, quiere ayudarlo, es mejor ayudar que seguir mirando a esa persona. La banalidad de la bondad es algo que no llama la atención, pero existe.
Entonces, el altruismo es el deseo de que el otro sea feliz y encuentre la causa de la felicidad. La empatía es la resonancia afectiva o la resonancia cognitiva que les dice: esta persona está alegre, esta persona sufre. Pero la empatía por sí sola no es suficiente. Si uno sigue enfrentado el sufrimiento, es posible padecer angustia empática, agotamiento, y se requiere una esfera mayor de bondad. Las redes cerebrales para la empatía y la bondad son diferentes. Todo está bien hecho, lo tenemos por la evolución, el cuidado materno, el amor de los padres, pero tenemos que extenderlo. Puede extenderse incluso a otras especies.
Si queremos una sociedad más altruista, necesitamos dos cosas: cambio individual y cambio social.
El cambio individual es posible. 15 años colaborando con la neurociencia y la epigenética dijeron que sí, que nuestro cerebro cambia si se entrena en el altruismo. Hay un cambio estructural y funcional. Cuatro semanas, 20 minutos por día de meditación afectiva, consciente, ya genera un cambio estructural en el cerebro comparado con un grupo de control. Un programa de 8 semanas enfocado en gratitud, amabilidad, cooperación, respiración consciente con niños en edad preescolar, mostraron un aumento del comportamiento pro-social.
El cambio social, a nivel más global, necesita tres cosas: Aumento de la cooperación con aprendizajes cooperativos en la escuela en vez de aprendizaje competitivo y cooperación incondicional dentro de las empresas, puede existir cierta competencia entre empresas, pero no dentro. Necesitamos armonía sustentable con la que reduciremos la desigualdad. Y por último, necesitamos una economía del cuidado con la que ampliar el altruismo al otro 1,6 millones de especies. Los seres sensibles son co-ciudadanos en este mundo.
Tenemos que atrevernos al altruismo. Es un gran punto de partida para tomar decisiones, tanto a corto como a largo plazo, en el trabajo y en la vida.
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